Las tartas son algo así como el comodín de la cocina: se pueden comer calientes o frías, en casa o afuera, en el momento o poco a poco de la heladera. Las tartas dulces además pueden servir como postre, para acompañar el matecito de la tarde o para llevar de visita.
Acá van algunas de nuestras preferidas:
- la superclásica pastafrola;
- una tarta de manzanas de esas que se convierten con toda facilidad en un hit familiar;
- una tarta de queso crema con coulis de frutillas, una opción más finoli pero igualmente rica, y, además, muy fresca; y
- el famoso cheesecake, que no es una comida muy argentina que digamos, pero que se puede adoptar.